Calma

Tormenta
tras tormenta
arremeten contra mí.
No hay calma,
no hay paz.

Pasan las horas,
pasan los días,
y solo veo una cosa:
TORMENTO.
No hay paz,
no hay calma.

No hay quietud
entre esas olas.
No hay paz
en esta
larga y poco noble
noche.

Un poco de paz
y un poco de calma
pide el corazón abatido
de un pobre infeliz
sin ganas.

Cuando llegue
la calma,
podre dormir.
Descansaré
y veré paz.
Sera una corta
pero dulce noche.

Con Nada

Con manos vacías
y con pies descalzos
mira el niño
al viejo sentado.

El niño lo contempla
y se fija en lo que hace:
el viejo le tira
migajas a las palomas.

Con sus manos vacías
y sin comida por días
envidia a las palomas
y las migajas que comen.

Desea el niño
ser una de ellas
“tan solo una migaja
tan solo una pequeña.”

Con rostro triste
y lleno de lágrimas,
se acerca al viejo,
por una pequeña migaja.

Aunque el viejo tenía
muchos panes.
El niño solo quería
una pequeñita parte.

El viejo le sonríe:
“Te estaba esperando.
Toma aquí,
todo esto es tuyo,
no me lo rechaces.”

Lo que falta

Quisiera tener paz,
donde reina la angustia.
Quisiera tener gozo,
donde reina la tristeza.

Ha sido fácil
robarle al corazón
estas cosas.
Pero ¡qué difícil
se hace volver
a tomarlas!

Noche

Es oscura la noche
pero no silenciosa.
El agua cae
por varias horas.
El tiempo pasa
aun de noche.


La única sonrisa
que veía
ya no está.
Aunque era la luna,
era hermosa.
Ella sonríe,
e ilumina la noche.
Ha parado el agua,
pero es aun
de noche.


Sigo despierto
ahora, en
esta silenciosa noche.
No sé si dormiré
o disfrutaré
de la noche.
Las horas dirán
lo que me depara ahora.

Fantasma

Ese fantasma me persigue.
Vino a ser
después de mí.
Dejará de ser
junto a mí.


El fantasma
es mi pasado.
Tanto lo bueno
como lo malo.
No se por qué,
pero no puedo
engañarlo.


Aunque perdiese
la memoria,
o creara una nueva,
él seguirá estando.
Solo se irá
cuando yo lo haga.