Aquel Ciego

Camina aquel sin rumbo,
sin saber a dónde ir,
ni que buscar.
Camina aquel sin sentido,
sin un guía, sin dirección.
Aunque cree que está solo
no lo está.
Aunque ciego y sin guía
camina junto a muchos
más en la misma vía.

Le falta algo, ¿que será?
El escucha, pues no es eso;
el habla, pues no es eso;
el siente, pues tampoco es eso;
el huele, pero definitivamente
no es eso...
No puede ver, tu y yo, lo sabemos
pero y él, ¿lo sabe?
¿Lo ayudaremos a darse cuenta?
o ¿lo dejaremos ciego,
sin rumbo, sin guía
camino al precipicio?

Tristezas

Las tristezas de la vida
te arropan el alma.
Se encargan de desbaratar
las utopías
y robarte tus esperanzas.

Las tristezas de la vida
no son evitables.
Las vemos día a día,
a cada instante.
En un niño de la calle
sin dónde dormir;
en un enfermo de muerte
sin razón para vivir;
en ojos llenos de lágrimas
que no tienen
a quién ir.

Las tristezas de la vida
son muchas cada día.
Y tú,
¿qué haces para combatirlas?

Las cosas pasan

Las cosas pasan
a todas horas.
Las cosas pasan
a cada momento.

Algunos ríen,
y otros lloran.
El ladrón roba
mientras el pobre
se faja por 8 horas.
El rico gasta,
y el sabio ahorra.
Algunos cantan,
y otros piensan.
Algunos pagan,
y otros cobran.
Algunos pintan,
y otros, por amor
a las letras,
simplemente escribimos.

Escribimos
una canción,
un poema.
Escribimos,
por amor a las letras.
Escribimos
mientras las cosas pasan.
Escribimos
para el alma.

Perdí

Se apagan sus ojos,
esas dos grandes estrellas.
Se apagan las luces,
las que reflejan su belleza.

Perdí las ventanas
que me mostraban su alma.
He perdido la luz,
que alumbraba mi espacio.

Perdí la mirada
que causaba mi sonrisa.
Perdí la mirada
que me llenaba de alegría.

He perdido esas estrellas
y ya nada me queda.
Ahora mis ojos muestran
la tristeza que mi alma alberga.

Recostados, pero...

Al cielo miramos
con ojos atentos.
Esta bien negro,
ya no hay sol
solo luna, estrellas
y un colorido destello.

Contemplamos el cielo,
recostados en el suelo.
La grama esta suave
y la brisa nos refresca.
Nos agarramos las manos
y seguimos mirando el cielo.
Reimos sin cesar
al formar figuras al azar,
ya que las estrellas están todas
sujetas a nuestra voluntad.

Estamos recostados
disfrutando este momento;
estamos recostados, pero....
¿nos conocemos?